jueves, 14 de agosto de 2014

UTRERA, ¡JUNTOS PODEMOS!

UTRERA, ¡JUNTOS PODEMOS!

La asamblea es una forma de organización social que implica la igualdad de todas las personas participantes de un colectivo, sociedad o en éste caso círculo. No existe la jerarquía y es opuesta a la organización vertical en la que unos toman las decisiones y otros las acatan.
Hay que ser conscientes de las necesidades del pueblo y de cómo conseguir paliarlas en la medida de lo posible, intentando siempre llegar al consenso sin necesidad de votar.
No bastará con proponer un tema y votarlo, se deberá debatir y dar cabida a otras propuestas e ideas que ayuden al consenso;  el sentido común y la inteligencia colectiva harán el resto.
Se da por hecho que toda persona que forme parte de nuestro círculo, es honesta y responsable de sus actos y que aportará su sapiencia y buen hacer a favor de lo común.
Debemos tener claro que el trabajo es voluntario, y por eso mismo, es la voluntad de cada uno para con el círculo y sus necesidades,  además del tiempo disponible de cada cual, lo que hará posible que se consigan los objetivos marcados.
Tanto en los grupos de trabajo como en el círculo en general, la más clara premisa deberá ser la ausencia del más mínimo protagonismo individual, dándole el valor más alto a la horizontalidad y a la igualdad de todos.
Todos podremos participar de las iniciativas surgidas del círculo, pertenezcamos o no a algún grupo de trabajo. El bien común debe ser lo imperante.
El círculo estará abierto a todas las personas que libremente quieran entrar, al igual que serán libres de no estar de acuerdo con los objetivos del círculo y salir de él.
Intentaremos todos, en la medida de lo posible, organizar actos, actuaciones, reuniones, foros, debates, convivencias, asambleas etc., para estar siempre en contacto con la necesidad real y además avivar las ideas políticas que pudiera haber en todos nosotros, aparte de conocernos más personalmente y tener más cercanos los vínculos afectivos, que sin duda nos ayudarán a soportar mejor las problemáticas que puedan surgir de una masa social joven y crítica, y sobre todo con unas ganas tremendas de cambiar el escenario político actual y sin miedo, la mayoría de nosotros ya no tiene nada que perder, pero sí mucho por lo que luchar.

No debemos pensar en nosotros, la dura batalla que comenzamos no hace mucho, hemos de ganarla para dar un futuro mejor a las generaciones venideras;  para que nuestros hijos y nietos al llegar a nuestra edad, no tengan la rémora de lo que nosotros tuvimos al alcance y no conseguimos. Vamos Utrera, ¡JUNTOS PODEMOS!

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